Recuerdo que en el anterior Curso de Introducción a la PNL en Santander, surgió de la práctica la reflexión sobre la importancia de EMOCIONARSE con el aprendizaje del otro, de empatizar con sus sentimientos, de dejarse asombrar por su proceso… Y es que muchas veces tratamos de ofrecer nuestro acompañamiento desde lo que yo creo que es mejor para el otro (ya sea mi hijo, mi alumno, mi cliente…) y la magia sucede cuando me dejo sorprender, cuando abandono mis ideas sobre el problema y sus posibles soluciones y me sumerjo en el mar infinito de posibilidades que es el otro; cuando confío y sostengo una mirada amorosa a lo mejor de la persona.
Esta capacidad me recuerda a la conciencia de la diosa griega Afrodita que iluminaba bajo una luz dorada el objeto de su enamoramiento; de forma que éste brillaba con una fuerza inusual, mostrando lo mejor de sí mismo. Es tal el poder alquímico de esta experiencia que cualquier cosa ordinaria pude convertirse en oro bajo esa mirada (¿recuerdas esa vez en la que te enamoraste profundamente?). Esta conciencia es creadora precisamente de eso; de lo mejor de ti (y de mi).
Pigmalión esculpió la estatua de una mujer perfecta, Galatea, de la que se fu enamorando a golpe de cincel en el propio proceso creativo. La diosa Afrodita, conmovida por la dedicación y el amor con que Pigmalión había materializado a Galatea; hizo sus sueños realidad y le dio vida para que pudiera casarse con ella.
Se ha hablado ampliamente de “efecto pigmalión” en el campo educativo como el fenómeno según el cual nuestras expectativas sobre los demás influyen en su propio comportamiento. Es importante tomar consciencia de esto a la hora de acompañar a los demás… Para mí este mito me evoca algo más que asumir esta responsabilidad; a veces sueño en ¿qué pasaría si los que nos dedicamos a educar y acompañar a otros generásemos esa conciencia de la luz dorada de Afrodita? ¿qué pasaría si simplemente confiara en tu proceso y disfrutase en cada momento de lo mejor de ti?
¿Y si fuera posible mantener mi mirada en tus posibilidades infinitas?